SPINOZA Y LA FILOSOFÍA PERENNE
“Sus ideas, que superaban con mucho el nivel de su tiempo y de su medio, lo alejaron de la comunidad judía de Amsterdam, donde vivía, que finalmente lo separó de su seno e incluso atentó contra su vida. Spinoza parte, para su síntesis filosófica, de la que se ha dicho es la más sublime de Occidente, tanto de la hebrea española como de la doctrina de Descartes, reciente y revolucionaria por entonces. El Dios de Spinoza es estrictamente inmanente, y es el orden racional del Universo, coincidente con la Naturaleza. Para Spinoza, un representante eximio de lo que Leibnitz llamó “filosofía perenne” y los hindúes “sanatana dharma” o “lex perennis”, subyacente a todos los pueblos y todas las épocas, la libertad es fruto del conocimiento cuando se eleva a “sub specie eternitatis” y lleva a lo que él llamó “el amor intelectual de Dios”. Llegada a este punto, la mente humana alcanza la más alta serenidad posible, vencidos todos los errores y todas las pasiones por su sola virtud, sin necesidad de ayuda externa. Considerado por algunos de sus biógrafos un “santo laico” vivió estrictamente según su doctrina, como corresponde a quien conoce la verdad por intuición directa y no por libros ni referencias de segunda mano.”
* * * * * *
Sus ideas, que superaban con mucho el nivel de su tiempo y de su medio, lo alejaron de la comunidad judía de Amsterdam, donde vivía, que finalmente lo separó de su seno e incluso atentó contra su vida.
CUANDO LA MENTE SIENTE Y EXPERIMENTA EL AMOR INTELECTUAL DE DIOS, ALCANZA SU LIBERTAD Y LA MÁS ALTA SERENIDAD
Spinoza parte para su síntesis filosófica, de la que se ha dicho es la más sublime de Occidente, tanto de la tradición hebrea española: Maimónides, Avicebrón, Abraham ibn Ezra, León Hebreo, como de la doctrina de Renato Descartes, reciente y revolucionaria por entonces.
Spinoza considera un Dios racional, hecho de razón él mismo y a su vez identificado con la Naturaleza, por lo que su doctrina, rigurosamente determinista sin concesión ni mitigamiento alguno, se ha llamado panteísta.
El Dios de Spinoza es estrictamente inmanente, aunque tenga alguna relación con el de Giordano Bruno, cuyas ideas debían mucho al neoplatonismo, del que no obstante Spinoza se mantuvo distante.
Dios es para Spinoza el orden racional del Universo, coincidente con la Naturaleza. Si bien en su obra máxima, la “Ética demostrada según el modo geométrico”, lo menciona numerosísimas veces, no consiguió con ello distraer a sus críticos confesionales, quienes hicieron notar que reemplazando “Dios” por “Naturaleza” el sistema spinoziano no perdía coherencia ni sentido.
Para Spinoza, un representante eximio de lo que Leibnitz llamó “filosofía perenne” y los hindúes “sanatana dharma” o “lex perennis”, subyacente a todos los pueblos y todas las épocas, la libertad es fruto del conocimiento, cuando se eleva a “sub specie eternitatis”, y lleva a lo que él llamó “el amor intelectual de Dios”, expresión tomada de la tradición judía. Llegada este punto, la mente humana alcanza la más alta serenidad posible, vencidos todos los errores y todas las pasiones por su sola virtud, sin necesidad de ayuda externa.
Spinoza nació en Amsterdam el 24 de noviembre de 1632, de una familia judía de origen hispano portugués, cuyo apellido era De Espinoza.
SPINOZA VIVIÓ ESTRICTAMENTE SEGÚN SU DOCTRINA, COMO CORRESPONDE A QUIEN CONOCE LA VERDAD POR INTUICIÓN DIRECTA Y NO POR LIBROS O REFERENCIAS DE SEGUNDA MANO
En la escuela judía de Amsterdam estudió la Biblia y la Cábala, es decir, las doctrinas exotérica y esotérica del judaísmo.
En 1654 murió su padre, y su hermana le puso pleito por la herencia. A pesar de que la justicia le dio la razón, entregó todos los bienes familiares a su hermana y se limitó a vivir el resto de sus días de su oficio de pulidor de lentes.
Su libertad de pensamiento provocó la ruptura con la comunidad judía de Amsterdam, que lo excomulgó y lo expulsó de la ciudad, lo que le permitió instalarse en la pequeña villa de Rijnburg, donde se dedicó a sistematizar sus ideas y a su trabajo de artesano.
Sobre el final de su vida, rechazó una oferta para enseñar en la universidad alemana de Heidelberg. “Creo que debería dejar de promover la filosofía si me dedicara a enseñar a los jóvenes y no sé a qué límites tendría que sujetar la libertad de filosofar para que no pareciera desear la subversión de la religión establecida”.
Considerado por algunos de sus biógrafos un “santo laico” vivió estrictamente según su doctrina, como corresponde a quien conoce la verdad por intuición directa y no por libros ni referencias de segunda mano.
Fuente: aimdigital.com.ar FD, 11/11/2008.
3 comentarios »
RSS feed for comments on this post. TrackBack URI
Deje su comentario.
Line and paragraph breaks automatic, e-mail address never displayed, HTML allowed: <a
href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title="">
<b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del
datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike>
<strong>
February 24th, 2010 @ 11:20 am
Hola
Favor revisar fecha correspondiente al año de la muerte cuando murió el padre de BS
Saludos
AL
February 24th, 2010 @ 9:43 pm
Corregido, Aquiles, muchas gracias por la observación.
La errata (año 1854) procede de la fuente de la que tomamos esta breve reseña. Y no tuve la precaución de revisar los datos. Mea culpa.
Un cordial saludo.
March 5th, 2010 @ 11:59 pm
“Comparto la idea de la necesidad de diferentes planos de manifestación, y desde la perspectiva que Ud. plantea (lo absurdo de “transmigrar indefinidamente en una misma línea”), para evitarnos malos entendidos, es necesario en seguida dejar de lado la palabra reencarnación, que, literalmente, no significa otra cosa que “volver a la carne” (re-encarnar) o volver a tomar un cuerpo. Desde el preciso momento que consideramos indefinidos planos de manifestación distintos de este, es necesario considerar que los seres manifestados en ellos se ajustan, por decirlo así, a las condiciones que les son propias, lógicamente diferentes a las de nuestro mundo, en el que la “corporeidad” no es mas que una de sus condiciones. (Me permito esta digresión para establecer concordancia con su idea, y aclarar el sentido de mi antirreencarnacionismo).
Ahora, yendo al centro de la cuestión o del “porque del Universo y nosotros en el”, créame que por mucho tiempo, tratando de dar con un mínimo acercamiento, he meditado profundamente en la NADA, en la “NADA antes que NADA”, en la imposibilidad de toda CAUSA PRIMERA despojada de la idea misma de imposibilidad que no hace otra cosa que anular a su contraparte “la posibilidad”, o sea la NADA ABSOLUTA (mas allá de la idea misma de NADA que no hace mas que dar la idea de ausencia de algo): EL QUE NADA HAYA SIDO NUNCA LITERALMENTE JAMÁS… Y creo haber llegado a la conclusión -mas que paradójica, por lo demás- de que ‘LA NADA NO EXISTE’”
París, 1919 (Extacto de una carta inédita de René Guénon a una supuesta Mme. Gauthier)